Poema para un amigo muy especial

Los versos que le copio en esta entrada no son nada convencionales; por eso, son tan especiales para mí. La amistad, por fortuna, no conoce las gruesas barreras que, a diario, los humanos levantamos.  Y ojalá siga siendo así.

La noria horizontal

En mi casa es posible que esté el diamante más barato del mundo.
Curiosamente, también el más valioso.
Nada de bisutería.
En un rincón de mi salón hay un antiguo tocadiscos,
un viejo amigo que está manco.
Sin embargo, en el único brazo que tiene lleva, al final, adherido un brillante,
una piedra preciosa que lee los surcos de vinilo como un ciego el braille.
Cuando mi brazo y el suyo se dan la mano,
muevo su aguja hasta hacerlo sonar.
Durante unos minutos, la música acompaña.
A modo de tiovivo, todo el mundo está invitado.
Esta tarde en mi hogar hay cola para subir.
Sin duda, tendré que organizarme.
Los niños primero, un poco más despacio, a 33 revoluciones.
Los adultos después, a 45

Texto perteneciente al libro Versos de la última frontera, de Juan Fernández Vicente.

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Poema recitado sobre una curiosa amistad

Ahora es el turno de escuchar con libertad, dejándose llevar. Si le parece bien, cierre los ojos y haga clic en el vídeo. Querido navegante, todo lo demás es experiencia poética y pasajera.

Autor del contenido

Juan Fernández Vicente
Juan Fernández Vicente
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