Versos en homenaje a Joaquín Sabina

El siguiente poema pertenece al ejemplar Tu amor no es una ciencia exacta. Este texto lo escribí durante la pandemia del ínclito COVID-19. ¡Ojalá que las sentidas estrofas de esta dedicatoria sean de su agrado!

19 besos de cal y 500 de arena


A Joaquín Sabina, poeta de arrabal nocturno

Todavía
recuerdo.
Tu último beso
fue de cal
y aún me quema.

Rojo en carne viva,
o peor,
azul hielo que no se derrite
en mi boca.

Lo sabes bien.
Ella nunca se equivoca.
Ha soportado cuatro estaciones,
casi mil oraciones a solas
por cada día
que no amanece.

Eso duele,
como el corazón
que ya no crece
bajo el oscuro asfalto.

Por suerte,
hay quien ocupa tu lugar.
Aquel espacio de ladridos
de color amargo.
Ese no querer,
aunque podíamos.

La lluvia de mis ruegos
ha llegado.
Quinientos besos de arena
entierran
cualquier pasado.
Con una simple palada
para el ayuno,
dos más para el romance diurno
y cinco
para el eterno desvelo.

Quién fuera gemelo
de este sueño
bajo labios de fortuna.

Lejos de toda desdicha,
ya no habrá
quien los desgaste.

En tierra firme,
no habrá inoportuna ola
que los mueva.

Vídeo recitado con la dedicatoria a Joaquín Sabina

Si usted prefiere escuchar los versos a leerlos, esta es una buena opción. El siguiente vídeo es una adaptación multimedia del homenaje anteriormente compartido.

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Juan Fernández Vicente
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