Despedida
POEMA DE DESPEDIDA
Para todo hay una despedida; un final que puede ser incómodo o por el contrario, liberador. En ocasiones, un adiós es motivo de tristeza y otras de una inmensa alegría.
La poesía por su propia naturaleza suele tender a recrearse en las despedidas tistes, crudas, agónicas.
El amor es una breve despedida
Una breve despedida
al menos, eso quedo;
y podríamos haber pedido
mucho más,
pero antes de todo eso
no quedaba tanto.
El primer año fue singular;
un plural de cuatro estaciones
que ayudaron a descubrirnos,
a sorprendernos,
a cubrirnos con cariño
y algo de rencor;
días de sutiles paradojas
que el tiempo juzgo
como un juez supremo;
al apego, yo le llamaba amor
tú al querer, viajar juntos
pero nada nos unió lo suficiente
y la vida a contracorriente
nos empujó al río.
En aguas revueltas
nadamos en círculos
tragando agua a cada intento;
a cada día que tú quieres
y yo no puedo,
en cada gélida noche
que yo duermo
y tú sueñas.
Luego llegaron los acuerdos;
pactos y señales divergentes
para una convivencia digna.
Después, el eco del vacío;
la ausencia de cualquier palabra lejana
que se percibe como débil o confusa.
Y en solemne silencio
los dos
preparamos nuestra despedida.
Lo último que quedaba por hacer
lo único, que aún nos queda.
Otro breve poema para ella
Nada es casualidad, ni siquiera el video-poema que le comparto. Si usted esta a punto de ver ese vídeo es porque la sincronía es un hecho, y no el azar. ¡Disfrute!
Y a ti, ¿qué despedida te produjo tristeza o alegría?
Si es tu voluntad, puedes compartir alguna despedida que te haya marcado o mejor, cuéntame cómo se puede utilizar un adiós para crecer. ¡Te leo y contesto abajo (👇) en los comentarios!