Poema triste fronterizo

Al igual que sucede con la música, la poesía es un refugio para los momentos tristes. Desde la noche de los tiempos, los artistas han bebido del desconsuelo para crear obras inmortales. A continuación, le dejo uno de esos momentos que se han convertido en poema.

La frontera

Estuve muchos años en la frontera,
sin cruzar los límites de su estrecha vereda.
Un día tras otro contemplando
las dos caras de la misma moneda.
Al sur, la emoción querida;
al norte, el juicio errante.
En su lecho me quedé varios años tumbado,
bebiendo lo justo,
comiendo a plazos.
Cautivo de dos países pasivos pero en guerra,
entre las vistas de un horizonte impasible.
Varado en su océano de incertidumbre,
flotando entre sus olas muertas.
Esperando a dar un paso firme al frente
o, mejor, cruzar nadando.
Sin atajos,
sin nacionalidad ni tampoco bandera.
Me quedé varios inviernos en la frontera,
sin una sola primavera, al fondo.

 

Otro poema triste muy corto

Bajo estas líneas te dejo otra poesía muy breve, acompañada por una potente melodía y mucha pasión.

Y a ti, ¿cómo te gusta pasar tus momentos tristes?​

Hay personas que se evaden de la tristeza escribiendo, escuchando música o paseando por la naturaleza. Seguro que tú también tienes tu rutina para estos incómodos momentos (o etapas). Deseo que con este contenido estés un poco más aliviado (si estás afligido, claro).

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Autor del contenido

Juan Fernández Vicente
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